Desventajas.
-La economía
colaborativa en su conjunto se basa en la existencia de multitud de
plataformas, cada vez en mayor número, dedicadas a muy diversos ámbitos. Es por
ello que su evolución es muy rápida y, por lo tanto, es posible que se
desconozcan muchas de las funcionalidades y prestaciones de dichas plataformas.
-El amplio
espectro de plataformas de economía colaborativa que existen (y que se crearán
en un futuro), hace especialmente difícil su regulación normativa, por lo que,
en principio, podrían escapar al control regulatorio. Esto podría ser esgrimido
por las plataformas tradicionales de la economía y del consumo, por no
exigírseles las mismas limitaciones o requisitos tasados que a éstos (por
ejemplo, no pagar determinados impuestos).
-Falta de
protección de la persona consumidora. La falta de regulación de muchos aspectos
de esta economía o consumo colaborativo, puede hacer que la persona consumidora
no esté amparada por el régimen de protección otorgado por la normativa vigente
en materia de consumo (por ejemplo, al compartir un vehículo, si alguna persona
usuaria del mismo tuviera algún problema, no estaría amparada por la normativa
de protección de las personas consumidoras).

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